lunes, 3 de diciembre de 2007

¿A MI QUE ME IMPORTA?

Durante mi estancia en el turno nocturno, me he dado cuenta de un par de cosillas.
Tenía otras costumbres antes de llegar aquí, mi entrega a la escuela, no pasaba de ser algo simplemente pasajero, para seguir adelante solamente.
Pero al momento que llegué con los compañeros del segundo turno, algunos asuntos se volvieron remarcables para mi persona.
Llego a la pregunta ¿A mi que me importa?
¿Por qué la hago? ¿Por qué me lo pregunto?
Bueno, pues no es tanto por decir que qué me importa lo que suceda con las personas que vienen a este turno, o quizá solo sea este grupo, o más específicamente, dos personas en particular.
No hay cosa más odiosa para mí, que no recibir la clase, al momento de la clase, (o al menos era lo que pensaba), pero de repente, descubrí algo más irritante aún:

Número 1.- La vida personal de alguien: ¿Qué se supone que quiero decir con esto?, bueno, pues es el simple hecho que de por parte de uno de los compañeros del grupo del turno nocturno, no hace sino comentarios, a cada instante que le es posible, sobre su vida persona, y encima de todo, intentan asociarlo con el tema de la clase, para intentar poner un aura de inteligencia sobre si, cuando no está haciendo otra cosa que no sea el de verse como una victima o aburrida persona. Lo peor de este caso, es que no lo logra, el comentario no tiene absolutamente nada que ver con lo que se está viendo en clase, y no hace más que poner como egocéntrica a la persona quien lo está haciendo. Y si para hablar de egocentrismo se trata, pues

Numero 2.- Apoyar la conclusión del maestro. ¿Qué demonios piensa una persona al hacer esto? ¿Soy superior a todos los demás porque estoy apoyando la conclusión de mi profesor? ¿Mi grado de inteligencia me permite ver lo que el resto de grupo no puede? ¿QUÉ? Sin duda alguna, esto es un poco más irritante que lo anterior, el maestro ha hecho su punto, ha llegado a una conclusión clara, entendible por todos, si una persona no entendió, está en su derecho de preguntar al profesor mismo o a otro alumno que crea haber entendido; pero, aquel que dice haber entendido (esto que sigue a continuación es demasiado bello para mi), me es sumamente satisfactorio cuando otra persona más, logra ver el error en lo que ha dicho el profesor, y el alumno que antes ha apoyado la decisión del mismo, se da cuenta y no encuentra el hoyo donde esconderse por no querer admitir su error.

Ahora bien, esto que he presentado, son, a grandes rasgos, lo molesto que he encontrado con mi grupo, pero, también mi pregunta aplica aquí ¿a mi qué me importa lo que tengan que decir ellos, si yo el mensaje lo he entendido, y si no lo he entendido, he tenido el valor para preguntar el porque he estado en confusión?
De esta forma, termino por decir que: cada quien es libre de hacer y decir, y las molestias vienen dentro del receptor y su modo de operar.