lunes, 15 de agosto de 2022

Para mi papá.

  En unos momentos será un año ya desde que mi corazón se rompió en tantas piezas, que aún no logro recogerlas todas. Se partió mi alma, la de mi mamá y mi hermana principalmente, también de mucha de mi familia materna y paterna, además de grandes amigos que él dejó. 

   Ha pasado un año y te sigo llorando, te seguimos llorando y extrañando, esperando que sea mentira.

   Mi papá era mi héroe, mi ejemplo a seguir, mi orgullo, la mejor persona que pudo conocer cualquiera, increíblemente comprensivo y paciente, además de que poseía una sabiduría enorme; y yo me encuentro muy perdido sin él.

   He escrito antes por ego, siempre por ego y esta vez no es diferente en cuanto a eso, pero sí debo decir que mi corazón está en estas letras, en estas palabras, que nunca serán suficientes para decirte lo mucho que te amo y lo mucho que te extraño, que te amamos y extrañamos.

   Mi mamá te visita tanto como el clima le ha dejado ir a visitarte; dejó de dormir en la habitación que compartían, por el pretexto de un aire acondicionado que no funciona, que puede arreglarse, además de que revisa su viejo teléfono a escondidas, con la misma esperanza, creo, con la que lo hacemos mi hermana y yo, de tener una llamada perdida tuya, un mensaje nuevo.

   Te hemos llorado muchas noches juntos y separados, por que nada más no logramos concebir la realidad de lo que ha sucedido de ninguna forma.

   Mi hermana, mi querida hermana, somos tan distantes ella y yo, pero el sentimiento que te guardamos es enorme por parte de ambos, y ella ha tenido que pasar todo esto sola, más lejos de todos y eso también me quiebra el alma.

   Personalmente, me habían despedido seis meses antes de tu partida y me diste la paz y tranquilidad que necesitaba; ingresé a otro proyecto cuando tu noticia de que estabas enfermo me sacudió el mundo y tomé la carretera tan pronto pude... no llegué a tiempo, no pude verte por última vez... ni mi hermana pudo, nadie pudo hacerlo...

   Decía yo sentirme vacío antes de que eso sucediera, cosas de una persona inmadura, ahora lo entiendo, por que es vacío lo que se siente ahora estar sin ti.

   Se terminó el nuevo proyecto al que había ingresado, por el que hice mi esfuerzo un buen tiempo, por lo que vendí mi integridad por unos momentos... y cuando recibí la noticia, solo alcancé a llegar a mi carro y llorar ahí encerrado, pensando en que no estabas para ayudarme a encontrar dirección... me siento sin un guía, sin dirección, sin rumbo fijo; no veo qué camino tomar, necesito escucharte nuevamente, que me digas que todo estará bien, que no me preocupe, que aunque tus palabras suenas en mi mente, necesito escucharlas de verdad, necesito tanto de un abrazo tuyo.

   Mientras escribía esto, estaba con el temor de que mi mamá me viera, que interrumpiera lo que intento decir y en este momento, salió de la casa, por lo que debo agradecerlo para poder soltar las lágrimas sin que ella lo vea por el momento.

   No veo salida ni rumbo fijo pero lo intento, intento encontrar mi camino para poder llenarte de orgullo, que sé que siempre lo estuviste de todos nosotros, pero tengo que hacer más para mostrarte que me enseñaste bien, que hicieron un gran trabajo entre tu y mi madre. Tenemos esa tarea mi hermana y yo y no queremos decepcionarlos... no lo haremos.

   Intentaba acordarme del día en el que te fuiste y escribir algo como la carta de Forrest a Jenny, pero no recuerdo cuál día fue de la semana, solo sé que eran la una de la mañana cuando me hablaron a que fuera al hospital para darme la noticia que ya te habías ido. El doctor, con una cara de empatía y hartazgo, una cara que decía que ya estaba cansado de dar tantas veces esa mala noticia, se dirigió a mi y solo pude responder las líneas que Marshal dijo cuando le dieron la misma noticia "¿mi papá se murió?"... tenía todo el camino desde el hotel al hospital repitiéndose esa línea en mi mente, por que a nadie le hablan para darle una buena noticia a la una de la mañana; desde que recibí la llamada, tuve que fingir y decirle a mi mamá y hermana que probablemente necesitaban un donador de sangre o algo así, pero dentro, muy dentro de mi, la esperanza había desaparecido... y como un bobo, solo tenía diálogos de personajes ficticios repitiéndose una y otra vez en mi cabeza.

   Te extraño, te extrañé ayer, te extrañé hoy y te seguiré extrañado cada pinche día de mi vida. 

   No ha habido mejor persona que tu en este mundo, lograste un balance perfecto de madurez e inocencia, había equilibrio en ti para debatir con personas muy letradas y sorprender y entender a los niños, tenías la sabiduría necesaria para aceptar cuando desconocías sobre algún tema, así como la inteligencia suficiente para solucionar conflictos. Eras un maestro ejemplar para tus alumnos, para tus amigos, para tu familia, para nosotros tus hijos. Fuiste excepcional, creciste con carencias y las superaste todas sin obtener un ápice de arrogancia o egolatría por haberlo hecho. Te extrañamos todos, te lloramos todos, mi hermana, mi mamá y yo te seguimos llorando, pero también te amamos, te lo hicimos saber en vida, te lo demostramos y dijimos de frente, por lo que no hay arrepentimiento en eso.

   Te mando un abrazo a donde estés... tu viejón.