jueves, 18 de octubre de 2012

Confesiones desde lo ordinario

   Ya hace un tiempo desde mi ultima entrada aquí para nadie, puesto que no busco lectores (aunque el hacerlo en linea, o simplemente el hecho de hacerlo diera a pensar que si lo hago, pero esta ocasión no); y me dieron ganas de confesar sobre algo real que sucede y me doy cuenta a diario pero no asimilo:

   Reza un dicho de no recuerdo quien "La aventura es arriesgada pero la rutina es mortal", Pues eso de la rutina se vuelve ordinariamente extraordinaria, pues, me detengo a pensar en todo, cada detalle, esos que damos por sentados de que nunca fallaran, y te sorprendes de la fragilidad que posee.

   Todos somos seres frágiles, física y emocionalmente, y no le damos importancia aunque si nos percatemos de ello, porque es más fácil vivir sin pensar en detalles de ese tipo.

   Llegar al día siguiente ya no lo vemos como una hazaña, sino como algo que 'tiene' que suceder.

   Hoy en la mañana, una trabajadora del gobierno del estado no llegó a su trabajo, un señor jamás pensó en ser demandado por homicidio, y un par de personas más no concibieron ser asaltadas.

   La vida de todos ellos empezó a cambiar tan pronto pusieron un pie en el suelo el día de hoy, una de ellas no llegó más allá de las ocho de la mañana.

   No es concebible pasarse la vida de esa manera. Al menos no para mi, eso de no detenerse a contemplar cada detalle de una vida vacía, pero vida a final de cuentas.

   Si no lo hago en el momento, al menos darme el espacio en el día para hacerlo. Pero no olvidar la fragilidad de nuestra especie, de nuestro mundo.

   La rutina si que mata, mata sueños, ilusiones, deseos, vuelve a la vida un recipiente que solo puede ser llenado con detalles banales, cosas que no valen la pena.

  Y de cosas que valen o no la pena. Pues todo aquello tangible, como riquezas y pertenencias, obviamente es algo que no hay que considerar. Ahora, dejar un legado, una descendencia... ¿también vale la pena? digo, dejar personas en este mundo tan decadente, para que batallen, sufran y que también disfrutarán de muchas otras alegrías, pero al final morirán ¿vale la pena también?. El luchar por un bien común, ser un activista, y dejar una idea para crear un mundo mejor, ¿eso también valdrá la pena?, a todas las personas les gusta ser parte del rebaño, no están dispuestas a cambiar, bueno, no todas, la gran mayoría, seguir su inútil y rutinaria vida, sin disturbios, para ser felices en su mediocridad.

   No se si vale la pena algo de ésto, y no se si quiero seguir viviendo. Creo que es más fácil existir y ya.