martes, 27 de noviembre de 2007

Decir gracias...

Primero que todo, no hay planetas ni galaxias... vuelvo al mundo lite de complicaciones...

Decir gracias...

Como todas esas palabras que se pueden decir, gracias es una de tantas que también pierde valor.
Decir gracias cada cinco segundos, lo devalua, o más que nada, devalua a la persona quien lo dice (aplíquese a cualesquier otra palabra que le guste repetir como: por favor, te quiero, te amo, que pedo, no mames, no chingues, como friegas, no seas puto, que joto eres... y así una larga lista).
Todo esto parece que está tomando una temática un tanto retorcida, o sentimental, que a fin de cuentas, cuando una persona se sume en alguna de las dos, terminan por tener el mismo sentido y ser; así que mejor voy a hablar de otra cosa, como por ejemplo, el supercortometraje que estaba realizando.
La historia trata de una pareja en los cincuentas, en visperas de su boda, ya los últimos detalles, pero cosa fue de que hubo un pequeño retraso por parte de la novia, y ésta no alcanza a llegar a la iglesia (todo esto a manera de preámbulo). Ciencuenta años mas tarde, aparece una nueva chica en escena, feliz ella, haciendo sus compras para su boda también (me encantó como quedó esta parte en el corto). Y para sorpresa de todos, el prometido de esta chava ni más ni menos que el nieto del amigo que se casaría hacia cincuenta años atrás. Y aún más sorprendente, este amigo está igualito que su abuelo.
La nueva pareja deciden mudarse juntos a una vieja casa, la cual le heredó el abuelo.
Todo pintaba bien, el cambio, los arreglos a la misma, la vida hogareña en ella, y los demás preparativos restantes a la boda.
Pero depronto, una mujer se les empieza a aparecer, a cada uno por separado, en sueños, y en reflejos.
La pareja no sabe que hacer, piensan que es presión por la misma boda, debido a que esta mujer se les aparece con vestido de novia...

Chan chan chan!!!

Suena medio bien todo este asunto, planteándolo de esta manera, pero... ahora que está terminado, me da más risa que miedo. -Maldita sea mi suerte, con un carajo... me da frustración saber que podía lograr más pero tuve que dejar a mis compañeros trabajar y que hicieran las tomas como les dio la gana, muchas de las escenas se vuelven muy tediosas debido a que casi no hay cortes entre los dialogos, grabados con una camara estática por alguién que presumia "a mi no se me mueve nada cuando la agarro", y demás cosas que fueron sucediendo... -

Supercortometraje de 15 minutos, hecho por Filmes Libres y Asociados, dónde, lo único que me alegra, es que casi todos trabajamos, y no fue todo esto trabajo mio, sino que mis compañeros también aprendieron lo que es producción digital.


Hoy empiezo una nueva costumbre despidiéndome:

Como no hay más que decir...

No hay comentarios: