viernes, 2 de octubre de 2015

De lo que estoy viviendo.

   Durante los últimos dos meses he estado viviendo una especie de matrimonio con una amiga.
   Podría decirse que me di cuenta de que sabré responder a las solicitudes básicas (alimentar, transportar, escuchar). Pero sin engañar a nadie más que a mi persona, esto me está dañando. Me daña mucho más que otras situaciones por las que he pasado.
   Digo "simón!" a casi todo, a todo lo que esté a mi alcance, dentro de mis posibilidades. Y como todo en la vida, aunque me haya resistido, empezó a tomar ella un lugar en mi corazón. Pero escucharle hablar sobre exes, sobre futuras parejas, me derrumba aunque no lo muestre.
   Y no todo es eso pues también, después de casi cinco años de compartir casa con mi compadre y amigo, se muda. Una mudanza que se veía venir, pero se siente un tanto extraña y nostálgica verlo tan cerca.
   Y por si fuera poco, a quien trato con todo mi cariño y amor y de quien no recibo un abrazo, ahora embobada con alguien mucho mayor que ella, ya se le ven las inteciones de mudarse, por lo que me quedaría solo, tal cual como llegué aquí, tal cual como debería irme.
   Ni más sabio ni más pendejo, solamente diferente.

No hay comentarios: