miércoles, 7 de octubre de 2015

Vete tranquila, no hay necesidad de ofendernos.

   Vete tranquila, que se que no me vas a extrañar.
   No extrañarás mis ronquidos interrumpiendo tus sueños, ni el hecho de que me despertaras varias veces a mitad de la noche para decírmelo y que al instante me disculpara e inmediatamente me quedase dormido nuevamente para seguir roncando.
   Tampoco vas a extrañar que sea tan terco en cualquier discusión o que me ponga pesado con alguna persona que estés conociendo y sienta yo que solamente quiere llevarte a la cama.
   No vas a echar de menos que nunca me alcance el dinero para invitarte a salir o para comprarte cosas bonitas tampoco.
   No creo que alguna vez vayas a pensar con nostalgia en el hecho de que me levantaba temprano para hacerte de desayunar y después llevarte al trabajo a tiempo.
   Menos te acordarás de todas las ocasiones que rechazaste un café negro hecho en casa, porque preferías un moka de alguna otra parte.
   Vete tranquila pues me sobra paciencia como para caer en juegos en los que intencionalmente quieres hacerme caer para hacerte la ofendida y tomarlo de pretexto para irte.
   No me echarás de menos pues no existo para ti a menos que me necesites.
   Tranquila, puedes irte tranquila, no necesitas de ningún pretexto.
  Sólo cuidate... Solamente cuídate.

No hay comentarios: